Alardeaba yo de que mi existencia
venía preñada de aventuras,
pero ya no cuela, a estas alturas,
evocar los sueños de adolescencia,
que bien sé que no eran sino locuras.
Tengo un pie rozando la sepultura,
los sueños de antaño ya hechos trizas,
cultivo algún poema entre hortalizas,
que le dan su puntito de frescura,
e intento resurgir de mis cenizas.
Soñando que mi huerto es un vergel,
convoco a las musas, que están en huelga;
mi choza es una torre de Babel;
envío al cielo aviones de papel
y algún verso en la penca de una acelga.
Nunca dejamos de ser niños... así que las locuras nos pertenecen.
ResponderEliminarMe quedaría muy a gusto en tu huerta, si no me pones a trabajar en ella, claro jajaja
Saludos Ricardo, muy majo tu blog.
Gracias, Rosa, me gusta más "Dímelo en verso"
ResponderEliminarDe mi huerta pondré cualquier día unas cuantas fotos.
Un abrazo.