De la higuera de mi huerto,
con sus brazos retorcidos,
hacen burla mis amigos,
mas, nos da sombra en verano
y en otoño nos da higos.
Por probarlos, un mendigo
a la higuera se subió,
mas luego que se sació,
quiso bajar y no pudo
y allí la noche pasó.
En justa compensación,
a la mañana siguiente,
yo compartí su aguardiente
en su caja de cartón,
junto al río, bajo el puente.
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