Amor y fidelidad,
ese era nuestro contrato.
Lo rompió en un arrebato
y me pidió libertad.
En vano busqué en el cielo
de sus ojos, el fulgor
de una mirada de amor;
lo que vi fue el desconsuelo
de un pajarillo enjaulado.
La dejé ir sin reproche;
desde entonces, cada noche
sueño que vuelve a mi lado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario