domingo, 25 de noviembre de 2012

Nada es eterno


 Microrelato escrito para bubok, con el comienzo obligatorio: "Los años no pasaban para él"

 Los años no pasaban para él, o quizá sí, pero los vecinos más viejos decían que siempre lo habían visto tan altivo y majestuoso. Se alzaba junto a la iglesia, en lo más alto del pueblo y era más alto que el campanario. Bajo el techo de su ramaje, habían pasado los féretros de todos los parroquianos fallecidos en los últimos doscientos años,  a su sombra tuvieron lugar innumerables encuentros amorosos y aún lucía algún "te quiero"  grabado en su corteza. Por ello, el roble, se creía poderoso, pero un día, un rayo hendió su tronco a la mitad y lo dejó herido de muerte.

2 comentarios:

  1. Excelente micro, ya te lo dije al leerlo en el concurso y me ratifico. Es toda la historia de muchos lo que pasó bajo ese roble.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Carlos; la imagen de un árbol centenario junto a la pequeña iglesia del pueblo se repite bastante en Asturias, aunque, para ser sincero, no conozco ninguno al que haya partido un rayo, afortunadamente.

      Eliminar