Sombra que me asombras, cuando te
nombro
la noche conviertes en pesadilla,
siento tu frío aliento en mi
mejilla
y tus dedos descarnados en mi
hombro.
Por las noches, con la luz apagada,
me acechas desde todas las
esquinas,
o sales de detrás de las cortinas
entre todas las sombras camuflada.
Sé que estás esperando a que me
muera,
mas, no has de ver tan pronto mi
partida:
no me gusta viajar en primavera.
¡Dejen todas las luces encendidas!
¡Saquen todas las sombras a la
acera,
que tengo que vivir aún muchas
vidas!
Hola, que vengo a devolver la visita. Y decir que ese soneto parece inspirado en tu paisana Rosalía que dice varias veces lo de "negra sombra que me asombra" o "sombra que sempre me asombras".
ResponderEliminarSí, es cierto, pero me gusta más el mío; jajajajaja
EliminarGracias por la visita y el comentario.