¡Señor! Sí, sí, usted, que está aplaudiendo,
aquiete ya sus manos y despierte.
¿Acaso esta parodia le divierte,
o es por disimular que está durmiendo?
Los payasos no animan la función
y en vez de darnos risa nos dan pena,
tocan una guitarra que no suena,
la cupletista olvidó su canción,
Y en lugar de conejos o palomas
como prometía en cartelera,
lo que saca el mago de su chistera,
son recortes, decretos y otras bromas.
Crece el descontento en la platea,
¡devuélvanme el dinero que he pagado!
le grita al escenario un indignado
y en su entorno la gente le corea.
Alguien lanza por el aire una silla,
un payaso saluda, desolado,
y nos dice que el dinero ha volado,
que el míster se piró con la taquilla.
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